BRIGID BAKER Y LA MÁS BELLA ‘MÚSICA DE LAS ESFERAS’

Isaiah González y Amy Trieger en “arbadacarba”, coreografia de Brigid Baker. Fotografía: Karime Arabia (cortesía de brigid baker wholeproject).

Tres artistas extraordinarios, los bailarines Meredith Barton, Isaiah González y Amy Trieger, acaban de presentarse en el Miami-Dade County Auditorium cuatro noches consecutivas, con la obra más reciente de la coreógrafa Brigid Baker, máximo exponente de la danza de autor en Miami.

La manera de moverse -fluida, siempre elegante- de los bailarines de Brigid, es el sello de identidad de la maestra, coreógrafa y directora artística de brigid baker wholeproject, la agrupación que fundó y dirige desde 2004. Amy forma parte de la compañía desde 2005 y Meredith desde 2014. Isaiah desde 2019.

Las obras que integran el programa que hoy nos ocupa -con el título de “Meadow”- son creaciones concebidas en ellos y para ellos. Los tres son individualidades únicas y esenciales y los tres encarnan a la perfección la esencia de la lectura filosófica del universo que permea la idiosincrasia de Brigid.

Si usted es un buen bailarín de ballet o de danza moderna, lo más probable es que su formación le permita pasar de una compañía a otra y asumir sin mayores dificultades un papel creado para otro intérprete en una pieza de repertorio. Pero si usted carece de entrenamiento en Lightbody -la técnica creada por Brigid- es prácticamente imposible que pueda incorporarse a una de las puestas en escena de brigid baker wholeproject.

Vamos a decirlo de otra manera. Todos los montajes de Brigid son ejercicios revelatorios tribales donde la energía expresiva individual que se desencadena durante el entrenamiento es el punto de partida para el diseño del trazo coreográfico. Sin haber sido expuesto al proceso, no es posible encajar en la obra ya terminada.

Ciertamente, es inimaginable sustituir a Meredith, Isaiah o Amy en cualquiera de las dos obras de este programa homenaje al compositor australiano Thomas Meadowcroft, cuyo título puede traducirse como prado o pradera pero en realidad es una versión mutilada de su apellido.

Isaiah González (sosteniendo a Meredith Barton) y Amy Trieger en “ABRACADABRA”, coreografía de Brigid Baker. Fotografía: Karime Arabia (cortesía de brigid baker wholeproject).

En “ABRACADABRA”, la pieza ya conocida que ocupa la primera parte, tenemos la oportunidad de escuchar el “More Beautiful Discourse” de Meadowcroft. En “arbadacarba”, el estreno mundial ubicado después del intermedio, su “Forever Turnarounds’ constituye la totalidad de la banda sonora.

Meadowcroft describe a “Forever Turnarounds” como un experimento en “easy listening”. La expresión identifica a un tipo de música “fácil de escuchar” al que Brigid recurre con frecuencia, utilizando intérpretes y canciones como Nat King Cole (“Let There Be Love”) y Bing Crosby (“Paradise”), para enviar uno que otro mensaje subliminal antes de comenzar la función, durante los intermedios y al terminar la representación.

Presentados juntos, “ABRACADABRA” y “arbadacarba” hacen de “Meadow” una experiencia nada despreciable, aun cuando llega acompañada de una mala noticia para los interesados en presenciar el final del “ballet por entregas” de Brigid inspirado en “Return of the Bird Tribes” (en español, “La Vuelta de las Tribus Pájaro”), el libro seminal New Age de Ken Carey. Una saga que comenzó con el estreno del solo “Crown” (“Corona”) en noviembre de 2020.

Motivados por la excelencia de “Crown”, los fieles seguidores de Brigid -que son muchos- regresaron en noviembre de 2021 para ver “Operation Birdsong” (“Operación Canto de Pájaro”), la segunda parte de lo que prometía ser entonces una trilogía. Pero en abril de 2022, el proyecto se había transformado en una tetralogía y la compañía presentaba “Numinous Land” (“Tierra Numinosa”).

A todas luces, ambas obras eran solo eslabones y así arribamos a noviembre de 2022 con el estreno de “ABRACADABRA”, presentado como el “cuarto evento dancistico” de la serie, que -reiterando por escrito la promesa, una vez más- terminaría con “Return of the Bird Tribes”.

“ABRACADABRA” es un trabajo bellísimo, muy cercano a la perfección como interludio. Pero precisamente por eso, es inoperante como cierre de la serie. Aunque ahora sea revisitado por Brigid como tal y “arbadacarba” -un texto inverso anodino considerando las circunstancias- sea proclamado como su espejismo complementario.

Isaiah González, Amy Trieger y Meredith Barton (al fondo) en “arbadacarba”, coreografía de Brigid Baker. Fotografía: Karime Arabia (cortesía de brigid baker wholeproject).

Por supuesto, si usted estuvo en el On.Stage Black Box del Miami Dade County Auditorium en cualquiera de las cuatro funciones, sin conocer la historia detrás del regreso de las tribus pájaros, y era la primera vez que asistía a una función de brigid baker wholeproject, la autoridad deslumbrante del programa en su totalidad debe haberlo hecho sentir regocijo.

Y para darle contexto adicional a la aparición de esa emoción intensa y placentera siempre presente en las propuestas artísticas de Brigid Baker, merece la pena mencionar que en el texto que aparece en los flyers distribuidos al inicio de cada función -en todas las obras de la serie- se hace referencia al poder mágico de la llamada “música de las esferas”. Una creencia que tiene su origen en la Antigua Grecia y afirma que los cuerpos celestes -omnipresentes en los videos utilizados por Brigid- hacen música al desplazarse por el espacio.

El resultado es un concierto de armonía eterna y eso es algo que no podemos pasar por alto al hablar de Brigid, porque es la clave para entender la eficacia comunicativa de lo que hace.

Los bailarines de brigid baker wholeproject en “arbadacarba”, coreografía de Brigid Baker. De izquierda a derecha: Meredith Barton, Isaiah González y Amy Trieger. Fotografía: Karime Arabia (cortesía de brigid baker wholeproject).

Así las cosas, “Meadow” se impone por la inspirada relación de correspondencia entre sus partes y acaba logrando que dejemos de rumiar sobre las tribus pájaro y nos concentremos en el disfrute de una inaudita proeza que obliga a la reflexión.

Durante los últimos quince minutos de la noche – el tiempo que dura “arbadacarba”- los bailarines de brigid baker wholeproject consiguen hacernos creer que la música “easy listening” de Meadowcroft es la más bella “música de las esferas”. Y salimos del teatro pensando que tal vez sea cierto.

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