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La nueva ‘Carmen’ de Miami City Ballet es un rotundo éxito

La nueva ‘Carmen’ del Miami City Ballet, con coreografía de Annabelle López Ochoa, tuvo su exitoso estreno mundial el viernes 25 de abril en la Ziff Ballet Opera House del Arsht Center de Miami. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
Por fin Miami City Ballet (MCB), estrenó su nueva “Carmen” y la noticia corrió como pólvora encendida: el canto del cisne de Lourdes López, su último proyecto como directora artística de la compañía, es un rotundo éxito.
Y para conseguirlo, ha contado con la colaboración de Annabelle López Ochoa, una coreógrafa visionaria con una larga trayectoria creando ballets sobre mujeres importantes (Coco Chanel, Eva Perón, Frida Kahlo), que supera las expectativas que le preceden y logra hipnotizar a los espectadores con una propuesta orgullosamente feminista donde actualiza la archiconocida historia publicada como novela en 1845 por Prosper Mérimée y adaptada como ópera en 1875, con música de Georges Bizet.

Cameron Catazaro (el Destino) y Dawn Atkins (Carmen) en su primera aparición juntos, coreografía de Annabelle López Ochoa. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
La actualización que distingue a esta “Carmen” es la profesión de su protagonista: la gitana cigarrera de Sevilla es ahora una crupier de Las Vegas. El cambio más llamativo es el desenlace del conflicto entre Carmen y Don José, donde la primera sobrevive y el segundo es la víctima.
La nueva ocupación de Carmen está inspirada en Molly Bloom, la famosa Poker Princess. Pero el final abierto de la historia nos sugiere que, en realidad, la atractiva crupier imaginada por Annabelle López Ochoa es un personaje mucho más cercano a la Roxie Hart del musical “Chicago”. ¿Alguien duda que el veredicto va a ser “no culpable’ si es llevada a juicio por el asesinato de Don José?

Dawn Atkins y Stanislav Olshanskyi en “Carmen”, coreografía de Annabelle López Ochoa. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
En términos de puesta en escena, esta “Carmen” deslumbrante por la limpieza de su realización, no teme ser heredera de logros anteriores y, de manera discreta, parece rendirle homenaje a sus creadores.
A Roland Petit, cuando Carmen baila seguida por un pelotón de bailarines (Zizi Jeanmarie, la intérprete original del ballet de 1949, fue también una importante vedette del music hall francés) y a Alberto Alonso, cuando nos redescubre el personaje del Destino, aportación emblemática a la historia de la danza de la versión creada para Maya Plisetskaya en 1967.
Del mundo de la ópera, Annabelle López Ochoa traslada al ballet la polémica proposición operística de Leo Muscato y el Teatro Maggio Musicale Florentino que en 2018, y como una manera de denunciar el feminicidio apabullante del siglo XXI, hicieron que Carmen le arrebatara el arma a Don José y lo matara.

Taylor Naturkas (Micaela) y Stanislav Olshanskyi (Don José) en “Carmen”, coreografía de Annabelle López Ochoa. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
Los seductores diseños minimalistas de escenografía de Christopher Ash son cómplices del trazo coreográfico y del exuberante arreglo orquestal de Juan Pablo Acosta, que sobrevive milagrosamente al despropósito imperdonable de presentar con música grabada a un estreno mundial tan importante como este.
De todas formas, el montaje avanza con asombrosa fluidez. No hay apagones entre escenas y cada silencio cuenta. Incluso en los momentos donde impera un cierto naturalismo en la gestualidad de sus bailarines/actores, el sofisticado trabajo de Annabelle López Ochoa como directora se siente como una reflexión intuitiva sobre el mantra de Blanche Dubois: “No quiero realismo, ¡quiero magia!”.
Definitivamente, todo lo anterior resulta ser un marco estupendo para el lucimiento de los dos elencos escogidos por la coreógrafa para actuar en las cuatro primeras funciones que tuvieron lugar a teatro lleno en el Arsht Center de Miami antes de trasladarse al Broward Center de Fort Lauderdale.

Brooks Landegger (Escamillo) irrumpe en la escena. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
El elenco de la noche de estreno -el viernes 25 de abril- incluyó en los roles principales a Dawn Atkins (Carmen), Stanislav Oshlanskyi (Don José), Cameron Catazaro (el Destino), Steven Loch (Zuñiga) y Brooks Landegger (Escamillo).
En la función del domingo 27, Hannah Fisher fue Carmen, Cameron Catazaro interpretó a Don José, Francisco Schilereff hizo del Destino, Andrei Chagas fue Zuñiga y Ethan Rodrigues asumió el rol de Escamillo. Taylor Naturkas interpretó a Micaela en ambas ocasiones.
Atkins y Olshansky son ahora las dos grandes estrellas de la compañía, y uno va al teatro para ver como encarnan la singularidad de sus personajes sin abandonar sus estilos personales.
En ese contexto, Atkins ofrece una Carmen centrada en sí misma y por momentos, intencionalmente inescrutable, leal sólo a la agenda marcada por su destino. Por su parte, Olshanskyi hace entrega de un Don José vulnerable, obnubilado por la pasión. Ambas son creaciones memorables.

Dawn Atkins es Carmen, la protagonista de la puesta en escena creada por Annabelle López Ochoa para el Miami City Ballet. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
El versátil Cameron Catazaro causa una gran impresión como el Destino de Atkins y sobresale igualmente como Don José junto a Hannah Fisher, que a su vez es acompañada por el Destino espectacular de Francisco Schilereff. Tanto Steven Loch como Andrei Chagas interpretan a Zúñiga con admirable honestidad.
Brooks Landegger, derrochando carisma, despliega su habitual talento para el espectáculo como Escamillo, que en esta versión no es un torero sino un actor fiestero. En el mismo papel, Ethan Rodrigues consigue una caracterización igualmente divertida en un registro absolutamente diferente. En ambas funciones, Taylor Naturkas se mostró encantadora y segura de sí misma como Micaela.
Pero a la hora de reconocer un trabajo verdaderamente revelador, hay que mencionar el de Hannah Fisher como intérprete, con una Carmen feroz e intimidante en su zafiedad que cautiva al público y la hace merecedora de una de las ovaciones más entusiastas de la temporada. Y las ovaciones abundaron en cada una de las funciones.

Cameron Catazaro y Dawn Atkins en “Carmen”, coreografía de Annabelle López Ochoa. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía).
En resumen, esta “Carmen” es uno de esos casos raros en los que todo –lo viejo y lo nuevo, lo esperado y lo inédito- confluye con soltura exquisita.
El resultado es un ballet narrativo confeccionado sin costuras por un equipo creativo con dominio absoluto del oficio. Algo que resulta ser una cualidad en peligro de extinción en estos tiempos, porque con frecuencia olvidamos que el término obra maestra es la acreditación de un oficio bien adquirido.
Sin oficio no hay maestría y la maestría se pasea dueña y señora por la “Carmen” de Annabelle López Ochoa y el Miami City Ballet.
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