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Molière en teatro virtual de la mano de NWSA
Estudiantes actores y músicos de New World School of the Arts reunidos en una imagen de promoción de las obras en un acto de Molière. Fotografía: NWSA (cortesía)
Un profesor y varios estudiantes de teatro de la New World School of the Arts (NWSA), del Miami-Dade College (MDC), romperán a través de internet, este domingo 6 de diciembre a las 7:00 pm, el muro que la pandemia del Covid-19 ha puesto en torno a los escenarios. Y lo harán nada menos que con uno de los más grandes dramaturgos de todos los tiempos: el francés Jean-Baptiste Poquelin, Molière.
Infidelidad, codicia, pasión, lujuria y la búsqueda de fama y de dinero llegan de la mano de la farsa y la commedia dell’arte en piezas de un acto, entre ellas “Las Preciosas Ridículas”, “Impromptu en Versalles”, “El Cornudo Imaginario” y “El Marido Celoso”, dice la nota de presentación, que remite a la página de la escuela en Youtube, https://www.youtube.
“Vea estos programas y verá a sus amigos, a sus familiares e incluso a usted mismo, y se va a reír”, anticipa la nota. “El deber de la comedia es corregir a los hombres divirtiéndolos”, aseguraba el genio francés. “Tengo la capacidad de aliviar los escrúpulos”.
Probablemente la pieza en un acto que más divierta a los propios estudiantes de NWSA y al público que se conecte para verlos, sea “Impromptu en Versalles”. En ella, Molière usa el llamado “teatro dentro del teatro” para burlarse tanto de las costumbres acartonadas de la época – mediados del siglo 17 bajo el reinado de Luis XIV, el llamado Rey Sol – como de las personas que las practicaban.
El principal desafío de la obra es que en ella los actores deben representarse a sí mismos, empezando por el propio autor, que de hecho ganó reconocimiento primero como actor. La acción transcurre durante un ensayo en el cual unos olvidan la letra de sus personajes y otros sobreactúan ridículamente. Más que del oficio teatral, Molière se burla de las convenciones, de la pedantería y de la rigidez típica de los cortesanos capaces de aceptar por bueno todo lo que diga el Rey, al margen de sus propias opiniones.
Nacido en París el 15 de enero de 1622, Jean-Baptiste era hijo del tapicero de la corte, Jean Poquelin, y de Marie Cressé, quien murió cuando él tenía solo 10 años. Estudió en un colegio jesuita primero, y a los 20 años se graduó de derecho en la Universidad de Orleans. Pero ni ese título, ni haber sustituido a su padre como tapicero real, lograron apartarlo de la que aparentemente era desde muy temprano su verdadera pasión: el teatro.
Se había licenciado en leyes en 1642, y ya en junio de 1643 estaba fundando junto a Madeleine Béjart la compañía Ilustre Teatro (L’Illustre Théâtre), con la que se fue de gira por Francia y como parte de la cual, además de actuar, escribiría a partir de 1644 farsas en las que empezó a usar el nombre de Molière. De acuerdo con sus biógrafos, lo hacía para no perjudicar a su familia, pues que un joven de su procedencia se dedicara al teatro no era bien visto por la sociedad. De hecho, en 1645, cuando a la compañía no le fue muy bien económicamente y las deudas comenzaron a acumularse, Jean-Baptiste pasó varios días en la cárcel.
Fue necesario que Ilustre Teatro se fusionara con otro grupo y que la nueva tropa ganara la protección financiera de un duque para poder seguir haciendo giras. Pasaría más de una década antes de que regresara a París en 1658, ya entonces al amparo de Felipe de Orleans, el hermano de Luis XIV, y se iniciara la época de su consagración.
Uno de los estudiantes en el personaje de Gorgibus, de la obra “Las Preciosas Ridículas”. Fotografía: NWSA (cortesía)
Además de las piezas que los alumnos de NWSA representarán ahora vía internet, debe recordarse que Molière es el autor de unos cuantos clásicos del teatro universal, entre ellos “Tartufo”, estrenada en París en mayo de 1664 (el año anterior ya le había mostrado a Luis XIV los tres primeros actos); “El Médico a Palos”, que subió a escena por primera vez en agosto de 1666; “El Misántropo”, también de 1666; “El Avaro”, cuyo estreno ocurrió en septiembre de 1668, y “El Burgués Gentilhombre”, aparecida en octubre de 1670.
Aunque su vida ha sido llevada al cine en varias ocasiones, casi nadie disputa que la película de la francesa Arianne Mnouchkine es la mejor de todas, simplemente bajo el título de “Molière” (1978).
Trailer de la pelicula francesa “Molière” (1978), de Arianne Mnouchkine.
Su extraordinario talento para cuestionar la hipocresía social le hizo ganar admiradores, entre ellos el propio Rey Sol, pero sobre todo le trajo demasiados enemigos, desde personas hasta instituciones como la Iglesia Católica. Murió víctima de tuberculosis el 17 de febrero de 1673, poco después de haber actuado en la cuarta función de su obra “El enfermo imaginario” y sin arrepentirse de su oficio de actor, que la Iglesia consideraba inmoral.
Su lápida en el cementerio parisino de Pére Lachaise tiene una inscripción escrita por él mismo: “Aquí yace Molière, el rey de los actores. Ahora está haciendo de muerto, y de veras que lo hace bien”.
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