CHAD GOODMAN: ¿Y AHORA QUÉ?

Chad Goodman, director artístico de Illuminarts y la Elgin Symphony Orchestra. Fotografía: Jiyang Chen (cortesía de Illuminarts)

Es la pregunta que se hace todo flamante diplomado en música y que Chad Goodman (Baltimore, 1989) planteó en su libro “You Earned a Music Degree. Now What?” (en español, “Obtuviste un título en música. ¿Ahora qué?”) el angustiante abismo que se abre ante todo recién graduado resulta especialmente acuciante en disciplinas artísticas. En su caso, tanto suerte como constancia han ido de la mano; basta entablar un diálogo con el joven director de orquesta para comprobar su entusiasmo y energía contagiosa, alejando toda duda de que Goodman además de honrar el significado de su apellido, encarna el mensaje optimista de la nueva generación.

Como el mundo de la música tampoco es ajeno a los cambios que se suceden sin pausa, asistimos al recambio de líderes orquestales que inevitablemente dejan paso a los jóvenes. Chad Goodman compite con sus pares en una carrera donde el que no arriesga, no gana y entonces, rememora “crecí en Baltimore y la música llegó a través del jazz, quise tocar la trompeta como mi padre y mi abuelo, me dieron su instrumento y así comenzó todo. A los trece me uní a la Maryland Youth Symphony Orchestra, allí la ‘Sinfonía del Nuevo Mundo’ de Dvorak cambió mi vida. Los maravillosos Summer Camps en Interlochen me conectaron con el mundo; en Eastman seguí mi capacitación en trompeta finalizando en San Francisco donde Martin Seggelke -director del SF Wind Ensemble – me animó a la dirección orquestal. Él vio una capacidad que yo no imaginaba. Estaba en lo cierto. Al tiempo fundé el Elevate Ensemble donde también tuve que aprender a recaudar fondos, mientras establecía un programa de compositores. Es misión esencial de un director estimular y divulgar los compositores de su tiempo… ¡encargué quince obras nuevas! Estando en Bay Area resultó una conjunción ideal”.

Ese vertiginoso devenir en el que tomó cada oportunidad dio frutos como director asistente en la San Francisco Symphony, allí pudo foguearse con grandes nombres hasta finalizar este primer tramo al mudarse a Miami Beach como becario en dirección orquestal de la New World Symphony. 

En cuanto a la reacción de la audiencia Chad Goodman sostiene que “el secreto está en cómo se presenta la música”. Fotografía: Jiyang Chen (cortesía de Illuminarts)

Ni la amenaza de huracanes ni la funesta pandemia dejaron que Chad no aprovechara al máximo su paso por la Academia Orquestal de América. “Sólo el privilegio de compartir conciertos de abono con directores estrella aporta una experiencia inigualable, así como escuchar sus críticas y comentarios enriquecedores, tanto como sólo ver y aprender en ensayos. Es invalorable tener acceso ilimitado y ubicarse a la par, es una posibilidad que sólo sucede en la NWS. Dirigir catorce conciertos en una temporada fue un sueño. Esos cuatro años significaron ¡ocho en experiencia! Fue llegar en auto y ¡subirme a un avión!”.

Al terminar su tiempo con NWS en 2022, dos excelentes sorpresas lo aguardaban. Primero, la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Elgin lo nombró su quinto director musical en sus siete décadas de existencia. La segunda buena nueva estaba relacionada al ámbito miamense: la dirección de Illuminarts, la fascinante alternativa musical concebida por Amanda Crider que se encuentra celebrando su décimo aniversario.

“Tengo lo mejor de dos mundos, por un lado una orquesta que es semillero de talentos y que es visitada constantemente por celebridades, aprovechando su cercanía con Chicago y por otro, seguir en Miami en una organización que apunta a varias disciplinas a partir de lo musical. Como curador de las dos primeras presentaciones, comenzamos en el Palacio de Vizcaya, donde hicimos ‘Otra vuelta de tuerca’ de Britten, y que aporta un ambiente único. El 28 de octubre [las entradas para la función están agotadas] haremos ‘Canciones en la noche’ con el barítono Jesse Blumberg, un compendio de maravillas que incluye el  ‘Souvenir de Florence’ de Tchaikovsky, canciones de Samuel Barber y Gerald Finzi más la mágica ‘Fanfarria para St. Edmundsbury’ de Britten y ¡en noche de luna llena! Es el lugar ideal y el repertorio tiene relación con su creador James Deering. Seguiremos trabajando con galerías y museos así como con Oolite Arts, en la primavera de 2024. De hecho, la segunda presentación será en la Galería LnS el 17 de noviembre [aún no hay enlace para las entradas] con un recital de Amanda Crider y el barítono Keith Phares. Amanda inició esta aventura y se merece este reconocimiento”.  

En cuanto a la reacción de la audiencia Goodman sostiene, “el secreto está en cómo se presenta la música, otra cosa que debo agradecer a Michael Tilson Thomas [MTT], gran parte de su legado es haber inspirado a tantas comunidades, haberles infundido su pasión y compromiso con la música. Él nos ha transferido esa responsabilidad. Valoro inmensamente su enseñanza: Estás en el lugar correcto, sigue trabajando, estudia, prepárate porque lo que viene es intenso, entretanto sé paciente y encuentra tu balance. Por eso, es esencial maximizar el tiempo vivido con la música sin importar la edad”.

La mayor ambición y sueño de Chad Goodman es “llegar a ser director de una gran orquesta americana, como mi mentor Michael Tilson Thomas”. Fotografía: New World Symphony (cortesía de Illuminarts)

Ravel es su compositor favorito seguido por Stravinsky y Sibelius, en un pedestal está Beethoven con quien siente “una inexplicable conexión visceral”, entre sus directores MTT tiene lugar preferencial desde antes de la NWS “su conexión y trabajo con la música americana es obviamente extraordinaria. Admiro a quienes habiendo llegado a la cima siguen curiosos, investigando, estudiando, por ejemplo Herbert Blomstedt que a su edad sigue dirigiendo con la misma pasión de juventud. Y si debiera elegir del pasado, definitivamente: Mahler. Más cerca, desde ya Carlos Kleiber… me temo que todos los directores decimos lo mismo ”.

Si su mayor ambición y sueño es “llegar a ser director de una gran orquesta americana, como mi mentor Michael Tilson Thomas” está consciente de la oportunidad y desafío que constituye una ciudad como Miami “que crece a ritmo imparable pero dado su tamaño ya necesita de más música clásica, de una gran orquesta profesional, de más ópera y mucho mucho más, pero… para eso estamos”. Valga entonces destacar que un alumni de la NWS ahora nutre la comunidad donde recibió su inmejorable entrenamiento.

Quizás cuando Chad escribía su libro guía para diplomados no se daba cuenta de que él sería el primer beneficiado al aplicar sus consejos. Los resultados están a la vista y aquel niño fascinado con la New World Symphony de Dvorak y que, paradójicamente, egresó de la New World Symphony de Miami Beach, es hoy y tal como aseveró la revista Forbes, “un emprendedor que trae innovación a la música clásica”.

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