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¿POR QUÉ A ‘LA SOPRANO CALVA’ NO SE LE VE EL PELO?
Claudia Tomás y Ariel Texidó en una escena de “La soprano calva”, la obra de Eugene Ionesco que Arca Images presentó del 17 al 20 de noviembre en el Black Box del Miami-Dade County Auditorium bajo la dirección de Larry Villanueva. Fotografía: Julio de la Nuez (cortesía de Arca Images).
Todo en aquella función bordeaba la desmesura pero, de tanta puntería, se quedaba en el filo. Para empezar, el texto, nada menos que la considerada primera obra del teatro del absurdo: “La soprano calva”, de Eugene Ionesco. Luego, el montaje de Larry Villanueva, un cuidadoso tejido escénico donde lo insensato se decía con una extraña coherencia. Y encima, las formidables actuaciones de Alexa Kuve, Gilberto Reyes, Ariel Texidó, Claudia Tomás, Laura Alemán y Andy Barbosa.
Hacía rato que no disfrutaba tanto de una obra de teatro. Mi hija, de 17 años, puso de veras a un lado su celular mientras duró la función y se reía con ganas. Cuando todo eso ocurre, uno intenta compartirlo. Queríamos decírselo a los amigos para que no se perdieran esta producción de Arca Images en el Black Box del Miami Dade County Auditorium (MDCA).
Pero no iba a ser posible porque estábamos asistiendo a la penúltima función. Al día siguiente, un domingo, terminaba la primera y única semana de esa temporada de “La soprano calva”.
¿Se ha quedado usted también alguna vez con deseos de gritar “no se la pierdan”? ¿Hay algo que se pueda hacer para evitarlo? Me hice esas preguntas, y se las hice a un productor, actor y director teatral de larga experiencia entre nosotros, y luego a los propios involucrados en la producción de la obra.
NO DA TIEMPO A CORRER LA VOZ
Como si supiera que mi preocupación partía de un texto de Ionesco, Mario Ernesto Sánchez fue directo: es absurdo limitar a tres o cuatro funciones la inversión de tantos recursos humanos, artísticos, técnicos y financieros para producir una obra de teatro.
“Absurdo para la obra, absurdo para el público, absurdo para los actores”, dijo el fundador y director de Teatro Avante y del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami. “No puedes esperar mucho público en una obra nueva; lo que siempre ayuda es ‘radio bemba’, porque si yo te llamo y te digo que no te pierdas tal obra, tú vas a ir. Pero cuando está un solo fin de semana, ‘radio bemba’ no funciona”.
El problema es uno solo: el costo de alquiler de los teatros, opina Sánchez.
“Yo no sé si los dueños de los teatros se dan cuenta, pero no funciona”, añade. “La taquilla aquí es muy débil, a menos que hagas una cosa comercial, una comedia que sea bien popular. Ese es un teatro para reír, y te hace reír mucho, pero si tratas de producir el tipo de teatro que te haga pensar, ese es el que menos público tiene”, asegura.
Tampoco puedes poner las entradas a 100 dólares, subraya Sánchez. Los tickets oscilan entre 20 y 40 dólares, pero cuando ves la proporción entre la capacidad de la sala y la cantidad de lunetas que de verdad se llenan, el ingreso no compensa los gastos de producción de la obra, comenta.
“El costo del alquiler del teatro es lo que mata la producción, en el sentido de que tienes que calcular muy bien para hacer un fin de semana”, insiste. “En mi caso, te confieso que no pienso en la taquilla: tengo que encontrar grants [subvenciones] del gobierno, de fundaciones o de corporaciones, así que cuando estreno una obra, ten la plena seguridad de que no pienso en la taquilla”.
Para los actores es deprimente quedarse en un solo fin de semana porque mientras más veces representan un personaje, más cosas le encuentran, explica Sánchez. “Delante del público te das cuenta de que esto funciona y esto otro no; te dices: yo debería haber hecho esto de tal manera y no de esta otra”, comenta.
Como miembro de la Junta Directiva del Centro de Artes Escénicas Adrienne Arsht, Sánchez revela haber sugerido que, si no pueden bajar el precio del alquiler de la Sala Carnival –la más pequeña del Centro–, valdría la pena crear al menos un grant que beneficie a los grupos teatrales cuando se les acepta para presentarse allí.
DE VUELTA AL PUNTO DE PARTIDA
No veo la manera en que se pueda extender la cartelera más allá de lo que estamos haciendo, me dijo la productora de este montaje, y también actriz en el reparto, la directora de Arca Images, Alexa Kuve.
“Es algo que hemos lamentado desde que la compañía empezó a producir con esta continuidad; siempre pasa: dos o tres meses de trabajo intenso, la calidad de los textos y de la puesta… para cuatro días de funciones, y a veces una sola función”, dice. “Pero quiero ser, ante todo, agradecida”, confiesa, refiriéndose a la oportunidad de presentar sus producciones en el MDCA. “De otra manera, sería imposible. Y si es posible se debe a que tenemos ahí en el teatro a personas como Javier Siut, y a Michael Spring en el Departamento de Asuntos Culturales del condado Miami-Dade”, añade.
El cúmulo de montajes teatrales que debe acomodar el Miami-Dade County Auditorium durante todo el año hace casi imposible mantener cualquiera de las obras en escena más de un par de días, asegura Siut, su subdirector.
“Desafortunadamente es así, y afortunadamente por el lado de que estemos tan ocupados”, añade. “En un año promedio hacemos entre 160 y 180 eventos; eso significa que casi todos los viernes, sábados y domingos del año tenemos alguna producción en cartelera”.
Por eso se les hace imposible mantener una puesta en escena más allá de un fin de semana, salvo en verano, cuando el MDCA presenta la serie ‘Verano de Teatro’, con el Festival Internacional de Teatro Hispano tres semanas seguidas, “y después siempre hacemos con Arca Images una producción que se mantiene dos semanas”, indica.
Siut recuerda que el OnStage Black Box no es más que el escenario del teatro, habilitado para acoger tanto al público como a la representación.
“Cuando hay funciones en el OnStage, el teatro grande de 2,300 lunetas no se puede usar, y a su vez, cuando hay espectáculos en el teatro, no podemos hacer nada en el OnStage”, explica. “Lo obvio es que, eventualmente, podamos conseguir los fondos para construir un Black Box permanente. Eso eliminaría la necesidad de retirar las obras, sobre todo cuando son populares”.
Anticipa que ya han tenido conversaciones al respecto. Pide tener en cuenta que el MDCA está sujeto a una estructura de gobierno y que en estos casos las cosas ‘usualmente toman un poquito más de tiempo”.
Hablando del resto de la cartelera teatral en Miami-Dade, fuera del County Auditorium, Siut no cree que haya una fórmula para lograr que las temporadas puedan extenderse “porque en ese caso repetiríamos la fórmula y ya no tendríamos que hacernos esta pregunta”, afirma.
“Valdría la pena mirar la infraestructura del teatro en inglés, las entidades culturales sin fines de lucro, pues ahí son muy pocos los que logran tener un espacio permanente en el que puedan producir el año entero”, dice. “Si no una fórmula, por lo menos un camino para resolver el problema es la recaudación de fondos [en el ámbito privado], y los grants”.
Comenta que este montaje hecho por Arca Images de “La soprano calva” es el tipo de producción que, corriendo la voz, podría mantenerse de cuatro a seis semanas en cartelera.
“Para ser creativos con lo que disponemos, cuando hemos tenido producciones exitosas lo que hemos hecho es agregar funciones, y entonces a las cuatro que van de jueves a domingo hemos agregado dos, repitiendo el sábado y el domingo”, manifiesta Siut. “No es lo mismo que poder extenderla otro fin de semana, pero sí le estamos dando la oportunidad a un número mayor de personas para que vean la obra”.
A la pregunta de si sería posible habilitar el Black Box para un horario mientras se presenta algún espectáculo en la sala grande a otra hora, de manera que ambas funciones corran simultáneamente, Siut responde que todo es posible, pero que, “logísticamente, no es fácil”. Más bien sería un nightmare, una pesadilla, dice.
Otra posibilidad: desde que se diseña la cartelera, pensar cómo podría acomodarse un pico de demanda de algún espectáculo.
“La preparación del programa anual del Miami-Dade County Auditorium es un gigantesco rompecabezas, con montones de piezas”, advierte el subdirector de la institución. “Recuerda que no son uno o dos grupos: son Arca Images, Fundarte, Conecta Miami Arts, Brigid Baker –6th Street Dance Studio–, Florida Chamber Orchestra, José Negroni, Fundarte, recitales como los de Meme Solís y Albita; Alexis Valdés, las graduaciones…”.
Lo mejor que se le ha ocurrido en medio de las limitaciones es tener alguna consistencia en el momento del año en que se presenta cada tipo de espectáculo, explica. “Que el público sepa que puede esperar una producción de esta compañía en tal fecha y, por lo menos, al público que le interese y va a venir a verla, que venga”, dice, “sabiendo que cada año encontrará algo nuevo de ese grupo”.
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