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MIAMI CITY BALLET CULMINA TEMPORADA CON UN ESTRENO MUNDIAL DE IMPACTO
Los 16 bailarines Miami City Ballet que intervienen en “The Source”, coreografía de Claudia Schreier. Fotografía: Alexander Iziliaev (cortesía de Miami City Ballet).
Acaba de terminar la exitosa temporada 2021-2022 de Miami City Ballet (MCB), bajo la dirección de Lourdes López, y es hora de hacer un recuento de lo sucedido.
La temporada dió inició el 14 de octubre pasado con el estreno online de “A Midsummer Night’s Dream” –programado de esa forma debido a la pandemia- y en diciembre, llegó el acostumbrado “Cascanueces”. En febrero, MCB presentó el muy anticipado estreno en Norteamérica del “Swan Lake” de Alexei Ratmansky y del 14 al 24 de abril repusieron “Jewels” de George Balanchine.
Llegó entonces el turno del cuarto y último programa de temporada, que incluyó la reposición de “Prodigal Son”, también de Balanchine, en funciones que tuvieron lugar entre el 29 de abril y el 22 de mayo. Acompañaron a la obra de Balanchine, dos estrenos para la compañía (“After the Rain Pas de Deux” de Christopher Wheeldon y “Herman Schmerman Duet” de William Forsythe) y un estreno mundial de impacto: “The Source” de Claudia Schreier y Adam Barish.
La expresión primer elenco puede significar cosas diferentes: los artistas que participan en la noche de estreno de una obra o los que participan en la primera noche de una temporada. Pero hay que aclarar que la expresión no implica que los que actúan la segunda noche (segundo elenco) o la tercera (tercer elenco) sean bailarines de menor nivel. Y el mejor ejemplo ha sido esta temporada del MCB, donde usted podía asistir a cualquiera de las funciones y salir del teatro absolutamente complacido.
La función del sábado 7 de mayo en el Arsht Center de Miami que aquí reseñamos es un buen ejemplo de un segundo elenco ofreciendo actuaciones de altísimo nivel: Katia Carranza y Chase Swatosh, en el delicado “After the Rain Pas de Deux” de Wheeldon; Taylor Naturkas y Shimon Ito, en el irreverente “Herman Schmerman Duet” de Forsythe; y Renan Cerdeiro y Hannah Fischer en “Prodigal Son”, la obra maestra de Balanchine.
La autoridad majestuosa de Katia Carranza y la franqueza interpretativa de Renan Cerdeiro son atributos que acreditan excelencia. Swatosh, Naturkas, Ito y Fisher son presencias escénicas en ascenso que sorprenden por la soltura con la que se desempeñan.
En términos de adiciones al repertorio, “Swan Lake” fue la pieza central pero “The Source” es el hito de la temporada.
Hay que celebrar la visión y la audacia de Lourdes López al comisionar la puesta en escena de una obra original como “The Source”, no solo como apuesta al futuro de la compañía sino también como bienvenida a ese tipo de experiencia multidisciplinaria que enriquece al ballet contemporáneo y lo hace más cercano a un sector del público acostumbrado a los estímulos audiovisuales.
“The Source” (“La Fuente”, en español) es una obra para 16 bailarines de unos 30 minutos de duración, que ha sido pensada como una alegoría sobre las cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Según las notas al programa, es “la historia de un grupo de extraños agobiados por la tristeza que buscan destruir las raíces del dolor. Al final, aceptan su destino y regresan al lugar de donde salieron para seguir adelante con sus vidas, y el ciclo comienza de nuevo”.
Quizás por eso, “The Source” es una obra que tiene lugar en una zona de penumbra entre el pasado y el futuro, entre la búsqueda y el descubrimiento. Aprender a vivir día a día es una tarea titánica cuando no se ha superado el dolor que nos deja una pérdida. Por suerte, “The Source” no intenta decirnos cómo hacerlo.
“The Source” es un trabajo que merece un ensayo aparte y que no puede ser estudiado simplemente como un ballet. En realidad, es la puesta en escena de una aventura que avanza según se mueve. De igual manera, es imposible valorar su coreografía exclusivamente a partir de los pasos y movimientos que la integran, buscando su eficacia comunicativa en el trazo que ilustra o interpreta una partitura descriptiva que no tiene.
La coreografía de Schreier se centra en los cambios de equilibrio y la visualización de emociones. La música escogida por ella y Barish es el anteproyecto y el texto dramático de “The Source”, y su misión es anticipar las características de la acción y darle un propósito a la obra, estableciendo el estado de ánimo y el espíritu de cada una de sus escenas.
Lo primero que escuchamos es “A Nearer Sun” (en español, “Un Sol Más Cercano”), de Riley Mulherkar. El sol será un elemento recurrente a lo largo de la obra. A continuación aparece el inquietante “Outrage at Valdez” (“Indignación contra Valdez”), de Frank Zappa. Compuesta en 1989 para el documental homónimo de Jacques Cousteau sobre el desastre ambiental causado por la fuga de un petrolero en Alaska.
Luego llega la reflexiva “Summerland” (“Tierra de Verano”) de William Grant Still, para seguir con el poderoso “Quicksilver Light” (que puede traducirse libremente como “luz inquieta”), cuarto y último movimiento del quinteto para piano “Music From Night’s Edge” (“Música desde el Borde de la Noche”) de la compositora canadiense Alexina Louie.
La obra concluye con una magnífica suite original de Gary Sheldon, eminente director principal y director musical de MCB, basada en “Femenine” [sic], una obra icónica del minimalismo de forma abierta concebida en 1974 por el compositor afroamericano vanguardista Julius Eastman (1940-1980).
Es evidente que MCB no ha escatimado esfuerzo alguno para hacer de “The Source” una experiencia deslumbrante y sus valores de producción son un alarde de destreza profesional: el diseño de luces de Mark Stanley, el diseño escénico de Jason Ardizzone-West, el vestuario de Abigail Dupree-Polston y el diseño de las proyecciones de Alex Basco Koch.
Pero hay algo que hace de “The Source” un trabajo verdaderamente importante en este momento histórico, cuando en lo que va de año se han producido 24 masacres en los Estados Unidos. Una cifra que probablemente ya aumentó mientras estamos escribiendo.
Cuando Schreier y Barish quisieron dejar claro antes del estreno, que “The Source” no tenía que ver nada con COVID, no imaginaban la serendipia de una lectura inédita asociada a otra epidemia: la de la violencia provocada por las armas.
“The Source” es también la parábola de una comunidad inmersa en el dolor que intenta recuperar la normalidad, y un llamado a no confundir la aceptación de los hechos con el entumecimiento de las emociones.
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