DIAVOLO tropieza con “Voyage” pero se recupera con “Trajectoire”

DIAVOLO, la afamada compañía de danza acrobática que se define a sí misma como “arquitectura en movimiento,” ofreció una exitosa función el sábado pasado en la Ziff Ballet Opera House del  Adrienne Arsht Center for the Performing Arts en downtown Miami.

Con sede en Los Ángeles bajo la dirección artística de su fundador, el coreógrafo francés Jacques Heim (Paris, 1964), DIAVOLO ha venido recibiendo reconocimientos como una atractiva agrupación sui generis desde 1992, pero su participación durante 2017 en la temporada 12 del programa de televisión America’s Got Talent  – donde clasificó como finalista – la han transformado en una enorme atracción popular.

Esta es la tercera vez que DIAVOLO se presenta en Miami, después de dos actuaciones en 2011 y 2013 en el South Miami-Dade Cultural Arts Center. El debut del grupo en el Arsht Center forma parte de una extensa gira que llevan a cabo por todo Estados Unidos desde el pasado mes de julio y termina en mayo del año próximo.

La oferta preparada para esta oportunidad incluyó dos trabajos coreográficos: “Voyage” (viaje, en español) estrenada en 2018 y “Trajectoire” (trayectoria, en la lengua de Cervantes) que data de 1999.

Según las notas al programa “Voyage” es “la aventura más reciente de DIAVOLO, inspirada en los viajes en el espacio y el aniversario 50 del primer alunizaje. Una joven sueña con viajar distancias que solo los astronautas pueden, escapando del mundo ordinario a un paisaje surrealista de infinitas posibilidades. Cuerpos que desafían la gravedad se unen a ella en el viaje en un universo que está vivo con energía cinética, fantasía fantástica y sorprendente transformación.”

Lo primero que notamos en el ejercicio de realidad virtual que resulta ser “Voyage” es el reciclaje de recursos utilizados en obras anteriores.

El método de trabajo de DIAVOLO parte de las estructuras arquitectónicas y la coreografía se concreta como resultado de la interacción de los bailarines con estas, así que volver a utilizar una estructura es casi condición sine qua non para correr el riesgo de repetir soluciones coreográficas. Así ocurre en “Voyage,” un montaje que desconcierta por su incompetencia para decir algo nuevo o novedoso.

Pero los problemas de “Voyage” no se limitan a los pasos y movimientos porque narrar una historia de realización personal exige de los integrantes de DIAVOLO algo más que una ejecución atlética deslumbrante.

La aventura escapista de la muchacha protagonista – que incluye un final feliz precipitado y complaciente en brazos del hombre de sus sueños – requiere también la creación de personajes y “Voyage” es una puesta en escena que pide a gritos un coreógrafo / director que preste atención a las motivaciones de la protagonista durante el viaje y nos ayude a entender y aceptar los términos de su regreso al mundo ordinario.

El universo sonoro que acompaña la historia es otro aspecto discutible de “Voyage.” La música electrónica de ODESZA, el indie pop de Sarah Jaffe y el indie rock de Florence + The Machine, entre otros, se mezcla con grabaciones históricas del Apolo 11 y narraciones estilo documental pero no tiene sentido escuchar una voz en off si no se entiende la mitad de lo que dice.

Aun así, hay que reconocer que Heim sigue siendo un habilidoso “arquitecto del movimiento” y un astuto manejador de las formas escénicas esculturales consiguiendo que sus bailarines se relacionen a la perfección con las estructuras seleccionadas para la ocasión: una media cúpula cubierta de agujeros que parece queso suizo, pirámides origami y una rueda gigante que se roba el espectáculo.

De todas formas, “Voyage” queda en la memoria como un experimento no del todo conseguido.

Por suerte para los presentes – algunos espectadores no regresaron después del intermedio –  la segunda parte del programa se encargó de presentarnos el trabajo de DIAVOLO en toda la plenitud de su belleza con la inclusión de “Trajectoire”, obra emblemática de la compañía.

Regresando a las notas al programa, estas afirman que “Trajectoire es un viaje visceral y emocional a través del flujo y reflujo de la experiencia humana. Mientras los artistas luchan por encontrar el equilibrio en un viaje de destino y destinación, Trajectoire muestra la trascendencia del alma humana contra viento y marea.”

Cuando DIAVOLO se entrega de lleno a la diligencia lúdica el resultado elude toda crítica y “Trajectoire” es un logro artístico descomunal al que los años le han agregado una cualidad académica alucinante que le otorga ahora una nueva identidad como clase magistral.

Una plataforma gigantesca se balancea como cachumbambé (seesaw, en inglés) sobre su base de medio cilindro y asemeja un barco en una tormenta quizás representando los altibajos de la vida. No arruina la apreciación de futuros espectadores aclarar aquí que el barco y la puesta en escena son insumergibles.

La compañía en su totalidad – acertadamente vestida de blanco por Meegan Godfrey  – habita y domina la estructura diseñada por Daniel Wheeler, animada por la fuerza emotiva de la música original de Nathan Wang. Las luces magníficas de Daniel Lonazzi y John E. D. Bass redondean la lectura.

Al terminar “Trajectoire”, el público ya ha olvidado el tropiezo con “Voyage” y se pone de pie para despedir a DIAVOLO con una atronadora ovación que persevera mientras son presentados de manera individual cada uno de los doce extraordinarios bailarines/acróbatas participantes hasta que por fin, el telón comienza a descender con lentitud y se encienden por completo las luces de la sala.

FOTO: Los bailarines/acróbatas de DIAVOLO en “Trajectoire”. Fotografía: Sharen Bradford (cortesía)