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Aprendiendo a bailar en Miami: las escuelas de ballet

Written By Orlando Taquechel
September 9, 2019 at 6:07 AM

El éxito de la Gala Joven del recién terminado XXIV Internacional Ballet Festival of Miami (IBFM), la participación en esta de estudiantes premiados durante la II edición de Miami International Ballet Competition (MIBC) y la inauguración de una nueva escuela en Miami – la Alihaydée Carreño Ballet School –  son acontecimientos que han renovado el interés por la práctica de las escuelas privadas de ballet en Miami.
El festival, bajo la dirección artística de Eriberto Jiménez, es organizado por el Miami Hispanic Ballet (MHB); el concurso MIBC es dirigido por Vladimir Issaev y Yanis Pikieris.  Alihaydée Carreño es la admirada Primera Bailarina cubana que todos los miamenses recuerdan por su gloriosa “Giselle” con el Cuban Classical Ballet of Miami (CCBM) el sábado 10 de febrero de 2007 en el teatro Jackie Gleason de Miami Beach.

Alihaydée Carreño (Giselle) y Osmay Molina (Albrecht) en “Giselle” con el Cuban Classical Ballet of Miami. Fotografía: Pedro Portal (cortesía de El Nuevo Herald)

Con el objetivo de conocer más sobre el mundo de las escuelas privadas de ballet y como estas abordan técnica, método y estilo, le preguntamos a un grupo de conocedores: a la propia Carreño y al Maestro Issaev (también director de Arts Ballet Theater of Miami y de su escuela adjunta); a la maître y régisseur cubana radicada en República Dominicana Norma García (fundadora del Ballet Clásico Santiago y presencia habitual en el festival) y a Carlos Guerra y Jennifer Kronenberg, directores artísticos de Dimensions Dance Theatre of Miami y directores / maestros del programa after school de danza en Mandelstam School.
A continuación ofrecemos una transcripción ligeramente editada de lo que nos dijeron.
¿Qué aprenden los niños en una escuela donde se imparten clases de ballet? 
Carreño: “Arte, disciplina y respeto”.
Issaev: “En una escuela profesional se imparte Ballet Clásico, clases de carácter y Pas de Deux como mínimo. Una escuela completa e ideal sería aquella que tiene otras materias como anatomía, historia del ballet, música y teoría de la música”.
Kronenberg / Guerra: “Depende en gran medida de a qué escuela privada asiste el estudiante. Si el enfoque principal de la escuela es el ballet, entonces es probable que a los estudiantes se les enseñe una técnica clásica universal para comenzar, y luego se les prepare y refine en un método técnico particular a medida que avanzan (cubano, ruso / Vaganova, Balanchine, RAD, Ceccheti, etc.) para luego entrenar en estilos específicos. Sin embargo, en las escuelas enfocadas principalmente en jazz, hip-hop, contemporáneo, bailes de salón o técnicas de baile ‘populares’, los estudiantes solo reciben un entrenamiento de ballet básico como suplemento”.
García: “Prefiero decir academia y no escuela, para evitar confusiones con respecto a todo lo que implica una Escuela de Ballet. En una academia de ballet los estudiantes aprenden disciplina, técnica y gusto por la danza”.
Definitivamente, un lugar donde se imparten clases de ballet y una Escuela de Ballet son dos cosas diferentes. En la Escuela de Ballet – un logro artístico intergeneracional siempre asociado a elementos esenciales de nacionalidad – es posible apreciar semejanza en el estilo y el método artístico en profesores, bailarines, coreógrafos, obras y por supuesto, repertorio.
¿Qué diferencia hay entre técnica y estilo? 
Issaev: “Técnica es pirouettes, giros y saltos. Estilo es Bournonville, Petipa, etc”.
Kronenberg / Guerra: “Técnica se refiere a una base universal de principios: la base fundamental y el ABC físico de lo que conocemos como “ballet clásico”, incluidos sus pasos asociados y su ejecución adecuada como se definió hace siglos. En otras palabras, una pirueta, por definición, siempre será una pirueta, sin importar el estilo o método de ballet que se esté aprendiendo. Como se le enseña a un bailarín a acercarse (es decir, prepararse, ejecutar y aterrizar) una pirueta, sin embargo, ciertamente cambiará (a veces sutilmente, a veces drásticamente) dependiendo de dos cosas: metodología (cubana, Vaganova, Balanchine, danesa, etc.) y estilo (clásico, neoclásico, romántico, moderno / contemporáneo, etc.)”.
Una aclaración necesaria: pirouette (en francés) o pirueta (en español) es una vuelta completa del cuerpo apoyando todo el peso en un solo pie, los talones levantados del piso.  
¿Cuándo y cómo se aprende técnica y cuando estilo?
Carreño: “Primero se aprende la técnica que es la base fundamental para bailar y luego se trabajan los estilos porque es muy importante aprender a bailar conociendo como diferenciar una coreografía de otra, un ballet de otro”.
Issaev: “Primero se enseña la técnica. Hay que enseñar cómo se hacen los pasos y después puedes enseñar el estilo. En una escuela eso siempre va a depender del tiempo que los estudiantes dedican a tomar clase, de cuantas clases toman a la semana”.
Kronenberg / Guerra: “Si estás en una ‘buena’ escuela debes aprender o al menos ser iniciado en ambas cosas. La técnica siempre se enseña primero. Luego, poco a poco, una vez que los estudiantes demuestran que tienen una comprensión física e intelectual de los fundamentos técnicos, se incorpora el estilo a su formación, de manera paulatina”.
García: “Aprenden técnica en las clases de Ballet, estilo en las clases de Repertorio”.

Alumnos de la Vladimir Issaev School of Classical Ballet en la Gala Joven del XXIV Internacional Ballet Festival of Miami. Fotografía: Simon Soong (cortesía)

¿Impartir una clase de ballet es diferente cuando eres un maestro que utiliza el método de una Escuela específica?
Carreño: “Si es diferente. Porque un maestro o bailarín que conoce el método con el que estudió puede y quiere transmitirlo a sus alumnos. Yo no podría enseñar de otra manera que utilizando el método de la Escuela Cubana de Ballet”.
Issaev: “Claro. Todos los maestros dan la clase a su manera con los conocimientos que poseen, dependiendo de donde vienen y del repertorio que tienen en su historia dancística. Yo en todas partes doy mi método ruso basado en el método Vaganova”.
Kronenberg / Guerra: “Creemos que así es. Si uno está enseñando para una escuela en particular con un programa de estudios, o siguiendo una específica ‘escuela de entrenamiento’, como la cubana o Balanchine, por ejemplo, uno se limita a adherirse a un conjunto específico de reglas y parámetros técnicos y estilísticos, determinado por los métodos de esa escuela de pensamiento y entrenamiento. Considerar más valioso ser un bailarín de ‘raza pura’ en un método o técnica que puede terminar siendo menos versátil a largo plazo, o un bailarín ‘mezclado’ desde el principio pero más adaptable y versátil a largo plazo, depende en gran medida de las necesidades de una compañía en particular y de los objetivos profesionales finales de cada estudiante / bailarín”.
García: “Por supuesto. Cualquier Escuela de Ballet es buena para impartir clases pero creo que es imprescindible y necesario que el método haya pasado por el cuerpo del profesor”.

Carlos Guerra con los varones nivel principiante de Mandelstam Dance. Fotografía: Sheila Ringel (cortesía de Mandelstam Dance)

¿Cuál es tu opinión sobre el mundo de las escuelas privadas de ballet en Miami?
Issaev: “En Miami hay escuelas serias y buenas y otras que no. Hay escuelas que producen bailarines y otras no. En la mayoría de los casos se toma el ballet como un hobby. Hay pocas escuelas estructuradas con un curriculum y un programa a seguir. No hay tampoco tiempo para impartir todo el curriculum necesario porque los niños tienen demasiadas actividades extra curriculares que no les permiten tomar el número de horas necesarias para prepararse profesionalmente. De todas formas, mi opinión es que si eres un maestro profesional y aparece un alumno con talento, vas a poder hacer de él un buen bailarín así sea una escuela chiquita o una escuela grande, privada o no, siempre y cuando haya total dedicación”.
Kronenberg / Guerra: “Creo que Miami cuenta con varias escuelas privadas de ballet que ofrecen capacitación de muy alto nivel pero hay también escuelas con entrenamiento de ballet de menor categoría. El mayor problema a nivel nacional es que no hay regulaciones en lo que respecta a las escuelas privadas. No se requiere ninguna certificación gubernamental. Cualquiera puede abrir una escuela y pretender que sabe enseñar ballet. En realidad es una situación muy peligrosa. Aconsejaría a los padres que investiguen sobre los antecedentes profesionales de los directores de un estudio y sus maestros antes de inscribir a su hijo. El hecho de que un estudio sea ‘popular’ o tenga muchos estudiantes no significa que la capacitación sea de alto nivel y calidad”.
Por último, le preguntamos a Alihaydée Carreño sobre lo que aspira conseguir con su escuela donde se enseñarán también otros tipos de danza y se prepararán a los estudiantes para audiciones y competencias: “Yo aspiro a que mi escuela no forme solamente bailarines, sino artistas que amen la danza. Quiero entrenar, educar y producir excelentes bailarines capaces de bailar ballet clásico al más alto nivel en Miami”. 
Así que adelante, la mesa está servida.
Foto 1: Todos los participantes en la Gala Joven del XXIV Internacional Ballet Festival of Miami. Fotografía: Simon Soong (cortesía)

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